La piel de tilapia, en “el huevo de Colón” para tratar quemaduras en Brasil
Tumbado en una cama de hospital, el dependiente Francisco Rostana Gabriel, de 22 años, tiene las dos piernas y un brazo cubiertos con piel de pez. Hace diez días que está ingresado en la unidad de quemados del Instituto Dr. José Frota, hospital municipal de Fortaleza, una capital playera y turística en el noreste de Brasil. Después de tantos días, la piel de pez se ha transformado en una especie de cuero, que se ha adherido al cuerpo del paciente. “Mira, mira cómo aguanta”, dice el doctor Edmar Maciel, presidente del Instituto de Apoyo al Quemado, mientras golpea levemente con los nudillos la pierna de Gabriel. “Es un cuero bien duro, ¿ves?”
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